Lo que necesitas saber de la Clasificación de Niza

A la hora de registrar una marca, es necesario establecer una clasificación que permita facilitar las consultas tanto de las empresas como de las propias oficinas oficiales de patentes y marcas. Uno de los métodos más conocidos para ello es el de la Clasificación de Niza.

Este modelo de clasificación internacional sirve para identificar los productos y servicios bajo los cuales las distintas marcas se relacionan y registran, siendo, además, un requisito imprescindible en la Oficina Española de Patentes y Marcas.

 

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Las ventajas de la Clasificación De Niza

La utilización de la Clasificación de Niza por parte de las oficinas de patentes y marcas permite la presentación de solicitudes haciendo referencia a un solo sistema de clasificación. Por ello, la preparación de solicitudes se simplifica de forma considerable, de modo que los productos o servicios a los que se aplica una marca serán clasificados de la misma manera en todos los países que adopten esta clasificación.

La pluralidad de idiomas en este modelo de organización es otra de sus ventajas, ahorrando a los solicitantes tiempo y esfuerzo cuando deban presentar una lista de productos y servicios en un idioma diferente al del país donde registran su solicitud.

Estructura de la Clasificación de Niza

Está compuesta de una lista de 45 clases que indican a qué categoría pertenece cada uno de los productos y servicios, y una lista configurada alfabéticamente de los mismos. Cada una de esas clases van acompañadas, cuando conviene, de notas explicativas que describen en mayor detalle el tipo de producto o servicio incluido en cada clase. Las primeras 34 clases corresponden a productos, las 11 restantes son servicios.

Para las empresas, sobre todo las pymes, es de gran utilidad conocer esta estructura a la hora de querer registrar su marca, pues cometer errores en la solicitud significaría que la protección legal concedida sería nula al no ubicarse en la clase correcta.

 El origen

Esta clasificación internacional de productos y servicios fue establecida en 1957 tras un arreglo concluido en la Conferencia Diplomática celebrada en Niza. Un tratado administrado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y de uso obligatorio para todos los países que ratificaron este arreglo. A fecha de enero de 2019, ya son 85 Estados los que utilizan este modelo.

Se producen actualizaciones de esta clasificación cada cinco años, siendo la última edición revisada y publicada el pasado 2022.

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